jueves, 11 de noviembre de 2010

Pruebas.

La vuelvo a ver hermosa. Hacía tiempo que no me pasaba. A la vida quiero decir. Pero en unos minutos volveré al asfixiante torbellino de la ciudad y el tráfico no parará de golpearme, y lo olvidaré todo. Tendré la cabeza tan abollada que no creeré en la belleza por mucho que alguien me jure que existe, que la ha visto.
Me doy la vuelta y hago una fotografía justo antes de que se esconda el sol. 
El camino de retorno significa un caótico torrente de tinieblas cada vez más denso que me va borrando la memoria. "¿Qué era aquello que me sucedió el otro día para que todo pareciese tibio y claro en lugar de abigarrado y trágico?", me diré y si la casualidad se pone de mi parte, es posible que encuentre como por arte de magia aquella fotografía y pueda decir: "¡La belleza! ¡Eso era la belleza! Yo la vi. ¡Y tengo pruebas de que existe!

miércoles, 6 de octubre de 2010

Mujer

estoy harta de ti. De que no te respetes, de que no nos respetes, de que no me respetes. De que te dejes pisar, de que te arrastres, de que respondas a los estereotipos, de que te conformes con lo que digan que debes ser. Estoy harta de que te dejes llevar por la corriente de costumbres, de que no te rebeles. No me gustas porque me haces daño, porque crees que todas somos iguales, porque crees en los tópicos. ¿Por qué sucumbes?
Y tú, el otro, el pene con patas, el imbécil maleducado. El progre que quiere poseerme porque todo hombre tiene a su mujer. El hombre fuerte y protector, el macho alfa, el patriarca. Yo no soy tu niña, ni tu muñeca, ni un cubo de esperma o un útero con patas. No soy tu madre, ni tu thermomix, ni tu lavadora. ¿Quién te crees que eres?

Yo nací hembra pero no permito que mi sexo me limite. No permito que me limitéis a través de mi sexo. No permito que se me trate como un objeto. Mi cuerpo me limita, no mi sexo. Mi experiencia me alienta o me traiciona, no mi sexo. Vosotros, los que os negáis a ver la realidad me infravalorais por ser mujer. Yo, por otra parte, me mantengo fuerte ante el adversario. Y para nada de eso recurro a mis hormonas.
No creo en la sociedad de las muñecas de porcelana y los soldados de plomo. No creo en la religión de vírgenes y poderosos sacerdotes. No creo en ti, lo siento mucho.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Subidonia

Entramos en  Subidonia, la ciudad de las artes y las ciencias, orgulloso lugar de nacimiento de la exageración, del refinamiento y el mal gusto a partes iguales. 
Se reserva el derecho de admisión.
Son obligatorios los estados alterados de conciencia, son recomendables las leyes y los altercados. Quedan completamente prohibidas la transigencia, el conformismo y la apatía.
 Se permite fumar en todos los espacios, pasear vestido y desnudo y trabajar embriagado, así como hacer fotos con flash y sin flash.  
Existen todo tipo de actividades lúdicas y de ocio a disposición de los visitantes, amén de una amplísima variedad de opciones para el descanso y la relajación.
Bienvenidos

martes, 20 de julio de 2010

Una vida de perros

Hay un evento en Tuenti que advierte a las señoras que creen que no sabemos que entran al mar a orinar que lo sabemos. ¿Quién no lo hace? ¿Quién va a recorrer leguas de arena ardiente para orinar existiendo ese fresco mar que a cada ola interrumpe nuestro delicioso desahogo?Soy sarcástica, pero no miento. Luego salimos a la arena y olvidamos sobre ella colillas de cigarrillos, alguna chapa y papeles, papeles, papeles que parecen desaparecidos solo porque han sido cubiertos con un puñado de arena. Los humanos ensuciamos la playa, porque este planeta es nuestro y nos hemos otorgado el derecho a mancillarlo con nuestros desechos. Además nos hemos proclamado reyes de la creación y dueños absolutos de todo lo que esta contiene. Por eso se oyen voces de alarma cuando un perro pisa la playa. No pienso renunciar a mi perro cuando vaya a la playa. Es su planeta también. Váyanse a una playa privada y ni siquiera esa les pertenecerá. No quieren animales en la arena donde se tumban ¿no? No quieren animales en el mar donde se bañan ¿no? ¡Estúpidos! Ustedes orinan y defecan en el mar, arrojan a él residuos de todo tipo, y el mar se lame las heridas y se limpia mientras viene y va, viene y va. Mi perro se bañará en la orilla y yo recogeré sus excrementos de la arena, pero en la profundidad azul, en el mundo extraterrestre que el fondo del mar supone habrá animales que ustedes no conocen y cuya mierda, deseo sinceramente, termine en las gargantas de sus hijos cuando a ellos sí, porque son humanos, les remojen para que se sientan frescos. Ustedes no piden una playa con gaviotas, con escarabajos, con camaleones, cangrejos. Ustedes piden una piscina. Cómprense una y váyanse a tomar por culo, porque mi perro, señores, va a acompañarme a la playa siempre que yo lo considere oportuno.




miércoles, 16 de junio de 2010

Lo que vales.



Hablábamos unos cuantos, fumando a intervalos y alrededor de una litrona, sobre cierto matemático que había rechazado un nada despreciable premio en metálico a pesar de vivir en la indigencia. Decía uno:
- Anda que yo con un millón de euros no sería feliz... ¡Es que tienes la vida resuelta! Podrías vivir como un rey.
Y yo pensé en las fortunas de millones y millones caídas como por arte de magia en manos de unos pocos que, encima, tienen la poca vergüenza de sentir que no tienen suficiente y aún así ambicionan y envidian. Incluso sabiendo que hay tantos que viven con tan poco, otros que viven aprovechando las cáscaras que yo misma desecho.
Luego surgió una pregunta: ¿tendríamos alguno sexo oral con nuestro padre por un millón de euros? Supuestos que surgen. Alguno hubo que dijo que sí, que era mucho dinero, para mi solemne decepción. Otros mostramos nuestra repulsa, pero solo porque el acto en sí era repulsiva. Si cambiásemos padre por otra cosa... Pensé que éramos unos arrastrados, por un millón de euros asqueroso.
Entonces dijo un chaval:
- Tío, yo no lo haría el dinero no lo es todo.
A lo que otro le contestó:
- El dinero no lo es todo... ¡Primaveras! ¿Tú en qué mundo vives?

lunes, 14 de junio de 2010

Nos ahogamos en un vaso de agua...


... porque en determinados tipos de agua intentamos ahogar las penas.
Yo lo he intentado y no funciona, lo reconozco.
Reconozco, sin embargo, que no reconozco a esa chavala del espejo y el fondo de algunos vasos me devuelve una imagen familiar, hasta que las turbulencias de mis dedos distorsionan el reflejo que creía ver.
Reconozco que la mayor parte del tiempo sobran las personas que me rodean y bromeo para no parecer tan huraña aunque casi nadie entienda mis chistes.
Reconozco que no defiendo nada con mucho ahínco porque no siento apego real por casi nada.
Entonces, cuando íbamos todos en coche y alcanzamos la zona de nubes, a pesar de que durante días perseguimos el sol, me sentí aliviada porque empezó a llover. Pensé que era bueno, porque el agua suele limpiar las atmósferas, lo mismo que el alcohol suele escocer en las heridas.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Un caramelo amargo




Hace más de media hora que he abierto el kiosco y me dispongo a pasar otras once horas y media, con dos horas de por medio para comer, en este cubículo de un paso de ancho y largo sin baño ni posibilidad de fumar - ni siquiera uno de esos cigarrillos de templar los nervios -, por veinte euros asquerosos al día, sin dar de alta y con la jefa llamando cada veinte minutos para preguntar qué tal van las ventas. Su sola presencia me pone furiosa y triste, porque su actitud de severa pero amantísima madre poco o nada casa con la usura que practica. Peseteraaaa... Como decía son más de las ocho y media de la mañana de un sábado y solo he vendido cuatro cigarrillos sueltos, lo cual, por cierto, es ilegal: dos a un hombre con un hueco oscuro donde en su momento hubo de tener los incisivos superiores y dos a una mujer con evidente disminución psíquica. Un euro de ventas. Además a esta hora un sábado no pasa un alma. He contado unos ocho - nueve con la señora de negro que acaba de pasar de largo caminando con dificultad - clientes potenciales, si es que se puede llamar así a cualquier transeúnte al alcance de mi vista, todos con más de sesenta años, excepto una mujer con el uniforme de los conductores de autobús, que caminaba como si llevase cierta prisa. Vaya, mirando la caja veo que es realmente imprescindible abrir los sábados a las ocho de la mañana. Me pregunto dónde estará ahora la gente. Supongo que donde estoy yo a las ocho y cuarenta y tres los días que no trabajo. Y es que hace ocho días que empecé a trabajar aquí - una jornada que ha sumado un total de ochenta y cuatro horas, aunque descansé el domingo pasado - y hace cuatro que sé que esto es una auténtica pérdida de tiempo. Por cierto, si descanso el domingo es porque a mi jefa le caigo bien, pero tengo la opción si quiero de trabajarlos también. Pero ¿quién coño va a querer? Hoy mismo cobraré los ciento cuarenta euros que honradamente he ganado, aunque no cuente las ocho horas de prácticas de mi primer día, ya que gentileza de mi jefa, fue un día para aprender dónde estaban las cosas de la tienda... Luego dimitiré. Tengo un vago plan sobre cómo lo haré, pero que no pienso volver el lunes lo tengo clarísimo. ¡Quiero vivir, joder! Quiero echar un polvo, no caer en la cama directamente en fase REM. Quiero ver la tele y actualizar mi blog, y ver la cara de mi novio, no recordarla. Y quiero salir a la calle a que me den el aire y el sol. ¡Que son doce horas, coño! Si duermes ocho te quedan cuatro para ducharte, comer, desayunar y cenar, cabecear media hora después del almuerzo y hacer vida de pareja. Estos días toda mi vida de pareja ha consistido en quejarme de lo mucho que odio mi trabajo mientras, tumbada en la cama, apoyo la cabeza sobre un hombro que no es el mío y la voz de la televisión se va haciendo cada vez más y más lejana. He trabajado una semana y me despido hoy, porque esto no es vivir ni trabajar. Es ser esclavo, con un horario sujeto a pequeñas modificaciones , avisadas con quizás una o dos horas de anterioridad en el mejor de los casos. Sobretodo me siento esclavizada después de saber, que esta bruja medieval que es mi jefa retribuye a su otra empleada quince euros por cinco horas. Yo cobro veinte por doce horas. Eso me hace sentir que la criada de la señorita Escarlata tenía mejores condiciones laborales que yo. Repito, porque creo que es importante: un mínimo de once horas, sin dar de alta en la seguridad social, obligatoriamente disponible para los cambios de horario o localización - ya que mi jefa o bwana tiene varios negocios - con mis vacaciones repartidas entre los domingos de todo el año, sin festivos, ni puentes ni asuntos propios. Mis expectativas en cuanto a un sueldo mejor solo se verán cumplidas cuando esta señora considere que he hecho crecer las ventas. Señora, ¡que no quiero diez euros más a la semana, que sigue siendo una mierda pa doce horas sin asegurar! ¡Que lo que quiero es vivir! ¡Ah! ¡Las ventas! Cuando trabajo en su panadería pongo tres y cuatro hornos al día y me llora porque se vende poco. Ayer lloraba porque yo fui enviada al kiosco y ella no había terminado de vender el segundo horno.
ESTHER 1 - USURERA 0
Pero si sigo midiendo nuestra relación en este sistema de puntos, he sido su esclava siete días luego:
ESTHER 1 - USURERA 7
Cobrando una mierda,
ESTHER 1 - USURERA 14
y desquiciada por su presencia
ESTHER 2 - USURERA 15
Sin embargo mi dimisión no prevista probablemente la obligará a cerrar uno de sus negocios hasta que encuentre otra mongola como yo.
ESTHER 3 (+1punto extra por satisfacción) - USURERA 15
Además, una vez me acerqué de espaldas a la mesita donde colocó la bolsa de su pan y apenas apoyándome en la madera me tiré uno de esos pedos que huelen a muerte y destrucción.
ESTHER 5 - USURERA 15.
Vale, puede que haya ganado, pero ya no importa. Son las nueve y veinte de la mañana y en menos de once horas expira mi visado de esclava. Y la victoria moral será mía, porque demostraré cuán fantástica soy controlando mis impulsos y no pegándole fuego al kiosco. Eso sí, me han molado unos pendientes. Me los llevo. Y hoy pienso poner un kilo en gomitas.

miércoles, 21 de abril de 2010

Sobre la televisión...

"La televisión es el primer sistema verdaderamente democrático, el primero accesible para todo el mundo y completamente gobernado por lo que quiere la gente. Lo terrible es, precisamente, lo que quiere la gente." Clive Barker.


¿Pero significa eso que la gente sabe lo que quiere? Eso me extraña y me incomoda, no puedo creer que sea esto lo que quiere la gente. Como si de una droga sedante se tratase nos dejamos administrar nuestra dosis de finales predecibles, porque eso no nos excita; de humor de cuarto de baño, porque no exige esfuerzo alguno; de provocación fácil, porque es lo más parecido a la sublevación que nos atreveremos a probar. Además, por si nos tentase la desintoxicación, una panda de incompetentes guionistas arañan apenas la superficie del tanque de combustible que pone en movimiento la vida de todo humano - la curiosidad -. Solo un superficial arañazo es suficiente. Somos superficiales, la televisión es superficial, nada se sale del plato. Lo hacen en la medida justa para que pidamos respuestas, sin preocuparnos en buscarlas nosotros mismos. Preferimos esperar, a ver qué nos ofrecen.
A un lado queda lo que creen que somos: niños de teta, brotes frágiles de un gran árbol salvaje artificialmente destinado a la mutilación, a ser solo un bonsai. Al otro lo que creen que queremos, lo que quieren que queramos: extravagancia, lujo vacío, fatuidad, protocolo embrutecido. Por eso tiene tanto sentido que las niñas sueñen ser princesas consortes y primeras damas y los chicos fornidos mercenarios en guerras que no son suyas. Productos de gran salida en el mercado de lo pasajero.
Los grandes magos del ocio se excusan en el criterio de los espectadores. Los expectadores en la mano de hierro de los magos del ocio. Y terminamos en el sofá viendo este partido de tenis con sus dimes y diretes.
Y al final los capítulos nuevos se los Simpson se ven por curiosidad, aunque siempre se prefieren los antiguos. La televisión va degradando todo lo que toca.
Sobre la televisión, al fin y al cabo, tapetito de croché.

lunes, 12 de abril de 2010

Fiesta de disfraces


Sucede que, cansados de ser hombres y mujeres, operan el cambio que les llevará a su transformación en mutantes. Las razones, no obstante, son bastante humanas: afán de protagonismo, lujuria, pánico. Cada día frente al armario eligen las piezas que hoy añadirán a su disfraz. Alimentarán su ego observando a los otros, hinchando el pecho para mostrar toda una serie de medallas. Se sienten parte de la evolución, realmente originales y especiales, y sobretodo iluminados, capaces de ver la auténtica faz de las cosas.
Están sumergidos de lleno en las circunstancias universales de los humanos, sometidos a los mismos engaños, educados en las mismas escuelas. Creen no obstante haber sacado la cabeza para respirar, pero solo están haciendo lo que les dicen que deben hacer. Los mismos temas de siempre, tratados con la misma perspectiva. Les han dicho que son diferentes, que deben ser más estúpidos, que no deben tener las mismas oportunidades, que deben quedarse quieto donde están, haciendo mucho ruido, pero sin dejar de cavar el agujero en el que irremediablemente quedarán todos los ideales que dicen abanderar, mientras éstos les suplican que no les perjudiquen más desde las consecuencias de sus actos. Sin embargo, están tan ocupados en no destrozar su disfraz que no se dan cuenta de cómo está lleno de hilos que una mano negra mueve a su antojo.
Habrá más y más orgullo cuanto menos cueste ponerse el disfraz, y se habrá llegado al rango superior cuando se lleve incrustado en la carne. Para los chicos y chicas de los disfraces, no obstante, no hay bonificación, no hay aprendizaje, no hay novedad. No hay recompensa. Han elegido una vida en el baile de disfraces y obtendrán pecado descafeinado con doble de amamonamiento.
Los sin reglas, los rebeldes, los muchachos y muchachas de los disfraces, así ataviados, con una serie de reglas y pactos a las espaldas, podrán vivir y desarrollarse en su entorno estéril y, quién sabe si, como todos los ignorantes, ser felices. El miedo, el problema llegará cuando tengan que apatentar ser humanos. La más ardua resistencia no tiene nada que hacer, llega el momento de camuflarse, por la razón equis, en circunstancias indeterminadas. Y para ellos eso también es un disfraz.
Entonces ¿cuál es su verdadera identidad? En mi opinión se deshizo por el camino. Se disolvió en mentiras. Son lo mismo que aquellos contra los que emprenden su cruzada.

viernes, 2 de abril de 2010

Vio una larga antorcha blanca...


... consumiéndose, extendiendo su cabellera naranja

y cana, despidiendo una columna de humo maloliente

que se retorcía creando caprichosas formas.

Aspiró el intoxicante aroma

que todo humano emana,

el sudor de las manos,

las lágrimas de los ojos entornados,

flácidos y vidriosos, hacia el vidrio de la ventana.

Se arrojó al vacío, quedó suspendida.

Se mezcló con los perfumes de un mundo vasto y suicida,

que se mostraba tan indiferente a su presencia

como lo era ella misma de estar existiendo.

No era consciente de ser tangible y finita,

de ser solo materia,

de no tener un alma más amplia que la propia esencia

de una vida despreciada y probablemente despreciable.

No conocía más precisión que la del presente,

de acantilados y valles artifiales creados por el hombre.

No conocía con precisión más que el presente,

no guarda recuerdos ni esperanzas como las del hombre.

La mosca se posó cerca de una gota de llanto incipiente,

gestada con furia, apenas nacida.

Trató de beber de ella y fue espantada.

Huyó despavorida,

y naufragó en la corriente

que unos dedos largos como anguilas

cartografió al romper el aire.

Y el animal gimiente,

cortando la cabeza de la antorcha,

esparciendo sus cenizas en un abrevadero,

se sintió un punto envidiosa de la naturaleza de la mosca

y más tarde orgullosa de su naturaleza humana.

martes, 16 de marzo de 2010

La geografía se aprende viajando y las matemáticas haciendo el amor.
Los buenos escritores se esmeran en su caligrafía porque saben que lo importante no es economizar papel.
Los primeros experimentos son siempre una mierda.
De las cosas agradables nunca tenemos suficiente.

Esas son cuatro de las verdades elementales. Hay tantas como puntos de vista y cada uno debe defender el suyo. Esto también es una verdad elemental. Todo lo que yo digo lo es.



Lo es para mí.



Solo tienes que sustituir "yo" por "yo" y también lo será para ti. Porque yo... ¿creo que lo son?

miércoles, 10 de marzo de 2010

Caídos.

Cuando Thánatos, ya sea de una patada o con llave, abre una puerta ¿quién puede cerrarla?
Uno va paseando, molestándose con otros conductores, con un mapa impreciso y comentando los accidentes del camino. Un grupo de fábricas abandonadas, un solar sin edificar, una desgracia un parque empresarial, publicidad de un producto que conoces o no. De eso se trata.
Otra vez, aunque es una situación solo parecida. Infitas combinanciones de sucesos y un único fin. Uno muere y los demás son llevados al limbo, por más tiempo, con más fuerza o solo de paso. Hace frío aquí, todavía siento su cuerpo frío. De la cerradura del servicio queda solo un aguerito, miro por él y veo el reflejo de la puerta en el espejo, Entoces ¿es eso lo que hay al otro lado?
Yo no quiero saberlo todavía. Yo no quiero morirme así, como estoy, ahora mismo no me apetece. Porque si esto es todo, entonces, vaya mierda, entonces sí que me salgo en el próximo desvío.
Oí en una serie de la tele que "siempre vamos a querer cinco minutos más". ¿Por qué no? ¿No es lo lógico? No es ser fuerte estar mentalizado ante la muerte, es triste. La muerte siempre va un segundo por delante. Y sin embargo míranos a todos. Pisando el acelerador y pensando que es lo lógico y viviendo felices con nuestro quebradizo razonamiento. ¡Un ser humano razonando! ¿Dónde se ha visto eso?

miércoles, 3 de marzo de 2010

Rápido

Ahora sí, ahora sí, ahora sí.
Ahora puedo fumar hasta la saciedad y no me duele, no me importa.
Ahora puedo hablar durante horas con gente aburrida, qué más da, si no voy a escucharles; dar conferencias, clases, charlas, enseñar a la gente cosas que solo yo sé, solo tienen que dare permiso ( y si no me lo dan me deslizaré en palabras indiscretas e indeseadas ).
Ahora sí, tengo mil ideas, ganas de todo.
Escribir un libro, ya sé de qué.
Salir a cenar, ya tengo ganas, ya no estoy deprimida. Anulo mi autodiagnóstico.
Hiperbolizando cualquier hecho simple.
Parabolizando cualquier hecho difícil.
Sumarme a él, sumarme, sumarme.
Ahora todo es matemático, todo exacto.
Todo es filosofía y pensamiento.
Literatura, porque puedo mentir y crear.
Literatura, porque te miento y te creo.

viernes, 26 de febrero de 2010

¿Nunca has creído que estarías mejor...

... no sé, quizás muertx, inconsciente, anulado realmente y no solo en el tiempo y en el espacio? Pero por otra parte agradeces, no sabes bien porqué, sentir un aprecio instintivo, animal, por la vida concedida y la agradeces y piensas que no pasa nada que tampoco es tan grave, ke no pasa nada, que de tanto oír exagerar estás exagerando y no es verdad que vivamos dos días, porque, al fin y al cabo, mira la gente que en la tele dice que su vida empezó a los cuarenta, o a los cincuenta, o a los setenta y cinco años.
¿Es que las cosas no van a tener sentido nunca? ¿Cuándo voy a querer las cosas que tengo de la misma forma en que deseo aquellas de las que carezco? ¿De verdad todas las oportunidades que se me presentan en la vida son tan despreciables como yo las hago? Lo dudo. Lo dudamos todos.
La vida, según parece, es un dejarse fluir, porque no se puede ir hacia delante, ni hacia detrás y ni siquiera a los lados. La vida es la que es, la vida es la que tienes, la que estás haciendo y deberías estar contento de tenerla al menos. Pero entonces ¿qué coño son estos diques, estas presas, estos muros de palo, y por qué cualquiera se pone careta de nutria y ya no sabes quién es quién porque unos son lo mismo que otros? La culpa la tienen las ilusiones que te ponen las pilas para luego quedarse en el camino.
El césped siempre parece más verde en casa del vecino. Aunque sea el mismo albero en todos los jardines.
Los escaparates están llenos de los juguetes que atormentan las bocas de los niños.
La tristeza es tristeza en tanto estás triste, luego es amargura, luego sangre.
La felicidad es felicidad en tanto estás alegre, luego es recuerdo, luego meta, luego frustración, luego nada.

martes, 16 de febrero de 2010

Por dentro, más denso que la sangre,...


...más caliente que el fuego, más pesado que la roca;

por dentro, yo soy la que fluye, a empujones por tu cuerpo.

Yo soy el metal gimiente y grave que se mueve en ti

invadiéntose como el oxígeno.

Avanzo,

en cada abrazo, en cada inspiración.

Tu cuerpo me absorbe y se intoxica

y yo ya no sabría vivir sin ser gestada en tus entrañas.

Aunque estés empapado en mí y el vello de tu cuerpo se haga espinas

no me expulses, no me expulses.

Quiero hasta la última punzada, hasta el último picotazo en la carne

débil de mis antebrazos, de mi cuello, de mi vientre.

Más rápido, más fuerte más intenso, más animal.

Si te vas a marchar porque me tienes dentro

quiero clavarme en tu piel,

quiero clavarme tu piel antes;

porque yo soy el metal que llevas debajo

haciendo prisionera tu sangre,

bebiéndome tu sangre,

sustituyendo tu sangre.

Si te vas a marchar porque ya no me quieres dentro,

¿no soy yo quien te hizo duro?

¿no son mi fruto esas espinas?

Yo también fui una vez humana.

martes, 26 de enero de 2010

Y entonces...

... la colilla con su ceniza rodó por el tablero de Trivial y los dos jugadores quedaron en tablas, levantándose para abrazarse porque eran amigos.
Mirándose en el sofá se dieron cuenta de cuán absurdos eran todos aquellos juegos de preguntas para dos personas que se conocian tan bien y en los que habían perdido tanto tiempo.
Ahora que sus labios se movían diciendo cosas de verdad, todo el tiempo que tenían parecía poco, todos los caminos demasiado largos y demasiado cortos. Todas las explicaciones, normas y protocolos fueron sometidas a examen y todas las fiestas como al final de una fiesta de disfraces, cuando los invitados, al fin, se desnudan para meterse en la cama a descansar.