lunes, 14 de diciembre de 2009


La tristeza me pone cachonda. Su tristeza me ponía cachonda. Era el ser más completamente desesperanzado de la tierra. Tanto que no parecía humano, ni animal. Los humanos, pienso en los marmóreos adonis y afroditas renacentistas, en el hedonismo, el arte y la irresponsable decadencia del orgiástico imperio romano, deberían poseer un mecanismo de protección, algo así como el subconsciente, para procesar las decepciones y la frustración. Para de alguna forma digerirlas y excretar las sobras. Los animales no tienen tiempo para las decepciones y las frustración, están demasiado ocupados en las cosas importantes de la vida, como sobrevivir y perpetuar la especie. Pero él no era capaz de ignorarlas ni procesarlas, tal como una especie marginal, como un reino distinto más salvaje que el animal, más extraterrenal que el de los humanos, más silencioso que el de las plantas, más carroñero que el de los hongos. El sexo con lágrimas es una sensación extremadamente intensa e indescriptible, imposible de codificar incluso para las pluma más avanzadas. Un esfuerzo que no merece la pena para mí si puedo limitarme a saborear lo único que me queda de él: neblinosas evocaciones. Su malhumor, su miedo, su frustración, su dolor contagioso me ponían cachonda.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Noches Blancas

Durante una época de mi vida anduve jugando con tizas,
pintando en las aceras efímeros caminos, caminos blancos y rayuelas
que bien un chaparron o el simple rocío borraban, caminos de luz, de sombra.
Durante una época de mi vida dibujé caminos y tracé planes, sueños y otra tonterías.
Espirales, como ojos de búho emergiendo de la oscuridad.
Iris, pupila, iris, pupila, iris, pupila, iris, pupila hasta terminar el versículo.
Siempre negros y amarillos. ¿Me he quedado ciega? ¿Aún tengo dudas?
Es un miedo irracional, no creo, no es probable.
Altero mi respiración, juego con ella, ella es mi presa, esto es solo un juego;
no te enfades, no te escapes ensoñación,
me estoy quedando sin combustible y todos los trucos están fallando.
Voy a pasar frío esta noche, comiéndome los mocos en memoria de leyendas muertas.
¿Fué hace un siglo o un segundo? ¿Ha sonado una campana?
¿Chirría el fieltro sobre el papel?
Necesito música y arco iris
pero solo el iris del búho se me pone ante los ojos.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Anécdotas en lugar de trabajo.

El otro día teníamos la puerta del almacén abierta -¡Oh, clamorosa vergüenza!- y un señor mayor pasó por delante diciendo : "Uf, ahí dentro hay algo que huele raro". ¿Algo? Ahí dentro es lo que huele raro.
Hoy, mientras repasaba la sección de frutería en busca de género que hubiese que retirar vi una col lombarda que pesaba 1,939 kilos. Morada y tan hermosota con un peso que tanto me recuerda al año de la derrota, me pareció un cardenal franquista y la retiré solo por eso.