miércoles, 10 de marzo de 2010

Caídos.

Cuando Thánatos, ya sea de una patada o con llave, abre una puerta ¿quién puede cerrarla?
Uno va paseando, molestándose con otros conductores, con un mapa impreciso y comentando los accidentes del camino. Un grupo de fábricas abandonadas, un solar sin edificar, una desgracia un parque empresarial, publicidad de un producto que conoces o no. De eso se trata.
Otra vez, aunque es una situación solo parecida. Infitas combinanciones de sucesos y un único fin. Uno muere y los demás son llevados al limbo, por más tiempo, con más fuerza o solo de paso. Hace frío aquí, todavía siento su cuerpo frío. De la cerradura del servicio queda solo un aguerito, miro por él y veo el reflejo de la puerta en el espejo, Entoces ¿es eso lo que hay al otro lado?
Yo no quiero saberlo todavía. Yo no quiero morirme así, como estoy, ahora mismo no me apetece. Porque si esto es todo, entonces, vaya mierda, entonces sí que me salgo en el próximo desvío.
Oí en una serie de la tele que "siempre vamos a querer cinco minutos más". ¿Por qué no? ¿No es lo lógico? No es ser fuerte estar mentalizado ante la muerte, es triste. La muerte siempre va un segundo por delante. Y sin embargo míranos a todos. Pisando el acelerador y pensando que es lo lógico y viviendo felices con nuestro quebradizo razonamiento. ¡Un ser humano razonando! ¿Dónde se ha visto eso?

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